EL SILENCIO DE LOS ESPEJOS
Presentado en la ciudad de Figueres, y desde Colombia via satélite en la Biblioteca de la ciudad de Figueres por la poetisa colombiana Dina luz Pardo Olaya. Presentadores: Radio Vilafant, Ajuntamiento de Figueres, Ruben de la Sociedad Tolkien Española y Juan Carlos Alba, poeta español.
Agotado existencia - actualmente se puede leer a través del libro "PANGEA" de Ediciones Global Essay que tiene sus derechos.
Algunas fotografías de la presentación en Figueres
Entrevista en el Diario Empordà (Clica en el enlace de abajo)
Imagen de la izquierda Dina Luz Pardo Olaya, prologuista del libro, politóloga y escritora colombiana.
PRÓLOGO a la primera edición por la gran poeta colombiana Dina Luz Pardo Olaya
En el reflejo de sí mismo habitante estridente y a veces tenebroso silencio que se comunica con el "yo" y se guarda en medio de los caparazones de la existencia entre pasajes fúnebres y grises que revierten -otras veces- sus colores fríos al final del camino. El poemario "El Silencio de los Espejos" de Arthur Charlan, es algo de este misticismo bañado de existencialismo con cierto matiz gótico. Aclaro que cualquier acto de interpretación de mi parte a su obra poética es una tentativa de aproximación lejana.
Conozco al autor primero como escritor que como amigo que vino a serlo después. Su historia de vida cargada de fortaleza y unión familiar me llevó a admirarlo más y así lograr esa balanza que en lo particular celebro cuando la hallo: Seres sensibles y nobles vaciándose sobre la hoja en blanco para crear versos que aun cargados de colores fríos allegados a la muerte y recorridos en soledad en la oscura noche de las noches, tiene como finalidad encontrarse así mismo luego de muchas andanzas y búsquedas.
Pareciera ser que en El Silencio de los Espejos llegó el momento de la quietud del autor, de posarse para encontrar respuestas. ¿Halló respuestas el poeta? Más allá de lo escrito sabemos que cada poema parte de este libro no tiene punto y final, porque su búsqueda, la búsqueda del ser humano continua y la poesía pareciera ser un camino más placentero para sentir que se hallan respuestas; este camino poético es definitivamente más placentero que emprenderlo por la filosofía por si misma, y Arthur sí que lo sabe como teólogo, filósofo y poeta que es.
Y es que El Silencio de los Espejos no es precisamente esa poesía gótica reflejo de la sangre que recorre por el cuerpo de las víctimas de vampiros sempiternos, ni versos a través de los cuales se escuchen aullidos de hombres lobos, ni es el regreso de muertos vivientes, ni hay castillos y monasterios medievales pero no por eso deja de ser poesía con cierto cariz gótico. No es que inspire terror propiamente pero en sus versos hay telas oscuras, hilo tenebrosos, sombras que hablan, fantasmas que habitan en el autor, algunos ambientes un tanto melodramáticos, imperan en muchos versos la oscuridad pero para fortunio de quienes buscan la luz, al final de casi todos sus poemas la esperanza, el sosiego y el despojo de esa nube negra, aparecen y permiten un suspiro profundo al lector.
Conocedora del trabajo poético de Arthur desde hace muchos años, me atrevo a asegurar que entre "Tierra de Nadie", "Sueños de Alejandría" y este nuevo poemario, es evidente un camino literario cada vez más marcado por el estilo que el autor ha ido perfeccionando más allá de la temática, lo cual lo identifica entre tantos escritores que se avientan a escribir desde la perspectiva.
Se me ocurre pensar entonces, en Alejandra Pizarnik, Emily Dickinson, William Shakespeare, Oscar Wilde, Tim Burton, Alan Poe y otro tanto de escritores (aclaro, de este listado no todos son poetas góticos pero algunos de sus poemas perfilan hacia ese estilo y hacia un romanticismo oscuro), donde la muerte, la soledad, el dolor, las sombras, la incertidumbre; en otros casos los que recurrieron a la psicología del terror, el miedo, la locura; o el transcendentalismo con la presencia de espíritus demoníacos, se evidencia en los versos o relatos de estos escritores.
Pero se me ocurre pensar además en ese apareamiento entre lo oscuro y sutil de lo que también hace parte de la vida, como la muerte misma, motivo de reflexión en los versos de Arthur. Entonces, releo sus textos para saberme más atrapada por ese mundo entretejido por una telaraña de palabras meditabundas que nos llevan a sumergirnos en cada verso, desgarrar la palabra del poeta que ya no es de él sino mía como lectora y como lo será de los nuevos lectores que tengan la oportunidad de tener ese poemario entre sus manos y en su mesa de noche. Tranquilo, no se le aparecerán vampiros, brujas, fantasmas ni nada por el estilo, de seguro sólo le ocurrirá una metamorfosis en sus pensamientos, como pensaba ayer no será igual después de leer El Silencio de los Espejos. No todo se cobija bajo el manto de la oscuridad porque después de las mil preguntas llega la quietud, la paz.
Aplaudo de que en la obra de Arthur -insisto- se halle ese
balance entre colores fríos y cálidos, como para hacer una analogía en
cuanto a sus pensamientos de la existencia humana y donde la muerte no
es motivo para alarmarnos cuando se muere a diario tras desilusiones,
mudanzas de sentimientos y emociones, porque estos estados del ser
brindan la oportunidad de espabilar y encontrar otra forma de vivir más
serena, madura y reposada.
De izquierda a derecha: Dina Luz Pardo Olaya (Poeta colombiana) Ruben García (representante de la Sociedad Tolkien Española) Ronald Loza (Lector) Mairely Lugo (Ilustradora venezolana) Maria (Lectora) Carlos Arroyo (Presentador del evento, filósofo y escritor).